viernes, 5 de agosto de 2011

Antes de partir

Y se vio a sí misma rodeada de un sonido que le era tan desconocido, pero a la vez, tan familiar. Era una música, esa que sólo pueden oír aquellos que ya se han dormido para siempre.
Quería decirle algo, le susurraba en el oído que ya había llegado el momento... Debía decir adiós.
Y se quedó allí. Permaneció sin decir ni hacer nada... Tal vez porque no creía que se fuera a marchar tan pronto, tal vez porque tenía miedo, tal vez porque no tenía de quién despedirse.
Se preguntó, sólo por curiosidad, qué tan oscuro o brillante sería ese lugar; se preguntó, sólo por curiosidad, y tal vez por algo más, si alguien podría acompañarla. Tal vez porque se sentía sola, tal vez porque tenía miedo, tal vez porque se marcharía demasiado pronto.
Miró una vez más al cielo. No estaba oscuro, no estaba iluminado... Las estrellas de esa noche se habían agotado por completo, y también la luna y el sol. Pero aquel día, podía ver más nítidamente que nunca.
Fue a su habitación. Le besó la frente y lo miró a los ojos que permanecían cerrados.
Le besó los labios y se marchó.

2 comentarios:

  1. Realmente me ha llegado tu escrito :') Pareciera que ella hablara como si fuera un angel.. Quizá y es hora de marcharse.. Quizá no.. Pero.. No dudes que cada acción.. Corresponde a una reacción.. ¡Me encanto! :) Un beso enorme!

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  2. Precioso escrito, Domi. Me ha encantado. Qué bien escribes :) "Era una música, esa que sólo pueden oír aquellos que ya se han dormido para siempre". Y debía decir adiós, qué triste y dura que llega a ser la vida, ¿verdad?
    Un beso =)

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