sábado, 20 de diciembre de 2014

Ya casi

Se acerca a nosotros uno de esos días en que nos deberíamos encontrar. Van desvaneciendo los segundos en mi cabeza y en mi alma siento el vacío de no tenerte aquí.

Cierro los ojos y aún te recuerdo como si jamás te hubieras ido... Me aferro con fuerzas a la idea de que estarás. Estarás.

Tus flores de jacarandá me duermen en un ritmo de paz, y sin embargo, de incertidumbre. Me pregunto qué querrás decir... Inquieta; necia yo, de no poder oírte.

Tienes que saberlo: te quiero tanto, tanto, tanto, tanto... Y prometo que no es una exageración. 



viernes, 28 de noviembre de 2014

Tan lejos...

Desde allá hasta acá la distancia debe ser incontable. 
Un suave violín que amortigua el sentimiento cada vez que en este lado alguien te llora.
Nos tomamos las manos, atravesando lo imposible, la eternidad, esta inmensa distancia. Susurro un "te quiero tanto", pero no alcanza a llegar a donde tú estás.
Veo, con frustración, que en tus ojos están todas mis respuestas y vuelvo una vez más al inicio de este eterno laberinto, que no perdona, que no retrocede, que no me habla...

Así.

Es una incertidumbre tu vida, la mía,
Agónicos, derrochando el día a día,
En una procesión, eterna y nostálgica,
Trato de sentir algo más: me paraliza el miedo.


jueves, 6 de noviembre de 2014

Debería...

Debería, orgullosa, poder dedicarte todo aquello que hago en mi vida, y en vez de eso estoy rendida. 

Debería, en la eternidad, encontrar siempre una ventana abierta para mirar tus ojos grises y encontrar todas esas respuestas.

Debería ser quien era, pero te has llevado mi sonrisa y han vuelto poco a poco todos los miedos.

Debería, insistentemente, reunir fuerzas, porque vivo muriendo a cada segundo en un "te quiero", en un "te extraño" y en la maldita incapacidad de amarrar tu mensaje, cuando por fin me toca el alma.

jueves, 2 de octubre de 2014

Por siempre

Vuelves a mí, hoy, inesperadamente. Vuelves a mí y me resulta casi increíble, una fantasía, un frenesí.
Nos encontramos en una situación tan normal como magnífica, y mantengo esa tranquilidad, como si jamás te hubieras ido, como si no te hubiera llorado mares, como si no te extrañara tanto.
Apareces, hoy por fin, pasando casi desapercibida y aún así revelándote a mí en el momento preciso.
Apareces hoy, como una fantasía... Apareces y todo es sumamente inmenso, liviano y efímero.
Busco en mis instintos la necesidad de abrazarte, mis ojos se llenan de lágrimas; parecerá que nunca es suficiente de ti.

sábado, 20 de septiembre de 2014

Ojalá...

Ojalá pudiera escribir por ti, tal vez, una canción. Ojalá mil versos, en un poema sinfín que cruce la inmensidad que nos separa. 
Que vuelva a mí lo abstracto, para que en ese idioma entorpecido sólo tú puedas entenderme.
Ojalá poder compartir contigo al menos un sueño, un par de palabras. Ojalá estuvieras, y no tener que depender de la alineación de estos cientos de factores, que hasta ahora no me han dado en el gusto.
Me lleno de preguntas que quiero hacerte, más sólo tres palabras que muero por pronunciarte. Vuelve, tan sólo un segundo... vuelve...

jueves, 18 de septiembre de 2014

No se qué decir

Estás en los pequeños detalles de mi día a día. Estás en las flores y en sus colores primaverales, en miradas y sonrisas. Estás en palabras no pronunciadas y en recuerdos reprimidos.
Estás en mis lágrimas, estás en mi. 
No podré decir "te extraño"; podré reprimir el sentimiento de ahogo, de desolación.
Encerrada en un lamento, en una sola gota de fantasía, en el resquicio de lo que queda de ti... Encerrada en mi silencio, en este "no saber qué decir".

martes, 19 de agosto de 2014

No estar.

En un sólo beso, que podría ser tan real como fantástico, muere ahogada la miseria de esta incertidumbre. 
Somos polvo, atravesando el recuerdo, sin perdones, sin te quiero.
Volteo, entonces, el final de esta historia, caminamos lento, hacia donde no quede nada en nuestras memorias.
Vuelvo a mirarte, como si jamás hubiésemos sido, desaparezco llevándome hasta tu aroma conmigo.

lunes, 18 de agosto de 2014

Si vale la pena, entonces...

Quiero vernos luchar por aquello que decimos amar tanto. Quiero verme a mí misma dando la batalla contra mis miedos y la angustia, superando a cada día el dolor de sentirme defraudada y engañada. Quiero verte a ti buscando más de lo que puedas conseguir en mí, quiero verte peleando por tenerme; quiero sentir que entregas tu vida y tu alma para enmendar ese error que me ha costado los sueños y la esperanza.
Quiero salirme de mi misma para olvidar todos los temores, quiero correr tan rápido como mis piernas lo permitan, y sólo entonces, alcanzar el cielo. Gritar tu nombre y empezar de nuevo: quiero dejar todos mis miedos.
Quiero volver a intentar, pero necesito creer que es la primera vez. Quiero volver a creer, pero que traiga consigo la magia que ya me has quitado.

domingo, 17 de agosto de 2014

No es tiempo aún

- ¿Quieres escribir?
- Tal vez sí, pero siento que ya no puedo hacerlo. Está todo atrapado dentro de mí, y los sentimientos se rehúsan a salir.
- Toma, atrévete: sólo déjate llevar.
- Tengo miedo... de que todo se arremoline ante mis ojos; que salgan las lágrimas que permanecieron ahí después del dolor. Tengo miedo de no poder volver a mirarte. Me siento sola, en una vorágine de terribles premoniciones e ilusiones destruidas. Siento que me han quitado el derecho de vivir la vida que había planeado para mí. Me siento cansada de pelear, y eso me da más miedo aún. No quiero escribir... podría, tal vez, dejar todo de mí y no ser capaz de levantarme jamás.
- ¿Qué has pensado?
- En el dolor, en la desesperanza. En una carta que comienzo a escribir, que no tiene punto final, que no acaba nunca, que no dice todo lo que siento. Estoy enmarañada entre mis recuerdos: son confusos y desalentadores. Miro todo a mi alrededor y parece desvanecer, entonces yo pierdo las fuerzas también. Me imagino escribiendo, escribiendo la última carta... Al mismo tiempo se que ya es tarde, tal vez se me han perdido las palabras.
- Necesitas buscar dentro de ti.
- Muy adentro; tengo miedo: está la rabia, la incomprensión, la sonrisa insoportable de esta eterna guerra conmigo misma. Está él, están ellos, estás tú, desvaneciendo, dejándome sin piedad, perdiéndote dentro de mí.
No te vayas, aún no encuentro las palabras.
No te vayas... que aún no sé qué decir.
No te vayas... realmente no sé cómo vivir sin ti.

martes, 25 de marzo de 2014

Tú y yo

Somos tan verdaderos y tan efímeros a la vez.
Pareces eterno, constante y seguro... al mismo tiempo tan frágil.
No es un secreto, tenemos miedo. Es natural, es parte del juego.
Lo disfrutamos, con su dosis de seguridad y de espanto, con terror y alegría, como entendiendo el masoquismo tras este auténtico sentimiento.
Quiero seguir, tú no pienses escapar. Es el sueño más real que hayas tenido, es una fantasía, la utopía de todos tus fantasmas.
Somos tan verdaderos, y tan efímeros a la vez.

lunes, 10 de marzo de 2014

Run...

En el espanto de no saber hacia dónde ir, reflejan mis ojos el temor de haber tomado la dirección equivocada.

Todo gira a mi alrededor y tan rápida e imperceptiblemente los sueños se me acercan en forma de realidad y rozan la punta de mis dedos. Me dejan, incluso, tomarlos por un instante. Se siente increíble, sabe a victoria, a satisfacción... Entonces el deseo de volar junto a esas fantasías me impulsa; y corro, corro lejos de aquí, como queriendo huir de todo lo que alguna vez me mantuvo aferrada.

Desvanece el miedo, la opresión en mi pecho, el dolor... Corro más rápido, siento flores a mis pies, nubes en mis cabellos. Atrapo ese segundo de emoción, lo encierro en mi alma y en mi cuerpo, lo desvanezco en mis ojos, lo hago mío.

Dejo que cada parte de mi ser flote entre las paredes de esta habitación, y recuerdo, imagino, juego un poco más.

Quiero perder el miedo.


It will get better in time

Agonía. Un momento más de mi vida, monótona, pausada, inevitablemente aletargada.
Vuelvo aquí. Busco consuelo, razones, recuerdos tal vez. Vuelvo a ti. Busco en mi memoria, aunque el sentimiento de culpabilidad da una punzada en mi pecho; el sentimiento de no poder volver a preguntar "¿qué es de ti?".
Caigo. Es eterno, camino equívoco... No veo mis pisadas, no se si deba intentar volver atrás, siempre he tenido cierto temor al recorrido que hacemos al pasado: sus tropiezos, las personas que dejamos en él, la sensación de no poder con tanta amargura.
Cambio. En un segundo pienso, rápidamente, en cientos de movimientos: jugadas que podrían funcionar.
Aquí vamos. Vamos otra vez.
Sonrío... Aunque no se si es este mi lugar. Me amarro a tu cuerpo, como queriendo aferrar la sensación hermosa que alguna vez tuve; me preocupa perderla en el abismo de no encontrar nada mejor.
Me quedo. El miedo vuelve a ganar esta partida.

Pero yo estaré bien.