sábado, 1 de diciembre de 2012

Sentarme a mirar el desfile mortal del cadáver de todos mis sueños...

domingo, 18 de noviembre de 2012

Cuando casi te has ido...

Se arremolinan en mi cabeza los recuerdos de un instante que dejé escapar. Me lleva el pensamiento de los cambios ocurriendo inevitablemente a mi alrededor. Me siento llena de miedo, de incertidumbres, y por la culpa del sentimiento, saco una sonrisa para ocultarte que realmente estoy muriendo por dentro.
Me aferro a una palabra, a la esperanza de permanecer sumergida en la tranquilidad de mis latidos.
No quiero dejarte ir, pero si te vas, ¡vete también de mi cabeza! No me amarres al sufrimiento de conocer tu existencia y no poder tenerte a mi lado.


"Todo está bien", te susurré al oído. El dolor lo guardé para mí.

martes, 6 de noviembre de 2012

So... Here I am

He estado desaparecida, enigmática, sin historias, corta de palabras... Concisa y muy confusa, un tanto histérica, paranoica, desaliñada, sin ganas de nada... He estado diferente, y extraño estar como estaba antes.
De un segundo a otro voy sintiendo que mi vida pierde el sentido. Hablo mucho de los miedos que tengo; de no saber a dónde voy, quién soy, ni qué será de mí.
Aún tengo el amor, que me hace vivir, me hace soñar, me hace sentir... sin embargo, a veces lo siento desaparecer. Siento que incluso aquél sentimiento que me parece perfecto se desvanece y pierde su sentido junto a todo el resto de las cosas.
Me encuentro, de un segundo a otro, encapsulada en mis sentimientos, pensando sobre cosas más profundas o -tal vez- menos relevantes. Me encuentro pensando sobre el mundo en el que vivimos, las cosas que hacemos, lo que nos hace ser, o no ser... Me encuentro filosofando demasiado, y eso me lleva a un recuerdo que preferiría borrar de mi memoria, o a la idea de que no he hecho nada por esta vida, o a que tengo cientos de proyectos aún sin concretar.
He estado diferente. Desaparecida, con ganas de escribir, pero aún así, evadiéndolo: sintiendo que no tengo la capacidad de hacerlo, que he perdido el don, que no soy nadie, que no se de dónde vengo, ni a dónde voy.



martes, 30 de octubre de 2012

Don't ever look back

Tengo miedo...
Tengo miedo de pasar demasiado lento, de detenerme a pensar. Tengo miedo de escribir y ver cómo se arremolinan ante mí mis memorias, mis recuerdos, todo lo que me trae la vida, las experiencias, las lágrimas que ya han caído, aquellas que aún permanecen en mí.
Veo cómo todo cambia a mi alrededor, y siento miedo. Quisiera estar en un lugar seguro; amarrada a tu cuello, con la cabeza en tu pecho, sintiendo el calor de tu regazo... Quisiera poder estar en ese lugar en donde me siento inmensamente feliz, tranquila y protegida... Ese lugar en donde siento que nada puede hacerme daño.
Tengo miedo de detenerme, aunque sea un segundo; tengo miedo de mirar y cierro mis ojos para pasar con rapidez por un recuerdo que me resulta doloroso.
Cuando atravieso por aquel callejón perdido en mis pensamientos, echo una mirada, fugaz, casi invisible. Me supera la intriga de querer saber qué ha pasado más allá de mí, de saber qué efectos ha causado mi paso por esta vida.
Por primera vez, siento miedo de no estar... Creo que es porque, al fin, he encontrado una razón para vivir.
Siento que todo es efímero, que no respiro más que del engaño de mis emociones, que me he pintado un mundo para poder seguir... Siento que nada aquí es real; por eso tengo tanto miedo de volver a mirar.

domingo, 28 de octubre de 2012

Vamos

Cierro los ojos para volver a empezar.
Tengo miedo, pero seguiré adelante, tengo ansias, no quiero esperar.
Cierro los ojos para volver a empezar.
A veces tan sólo debemos dar un salto a ciegas.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Keep going

Verte a ti mismo, sumido en tristezas, caer al precipicio, cuando alguna vez creíste estar en el cielo. Encontrarte de pronto con la sorpresa de que debes tomar otro camino, de que las cosas no resultaron ser como planeaste. Crees estar estancado en la ilusión de algo que no fue y pierdes la esperanza porque el corazón ha decidido que no quiere seguir.
Verte a ti mismo, de pronto solo, aunque rodeado de personas, inmensamente vacío, perdido y desolado. Verte a ti mismo y sentir que vas a dejarlo todo; tener miedo, incertidumbre... Preguntarte qué será de estos años que has pasado planeando una aventura que jamás ocurrió.
No estás solo, aunque a veces parece que sí; no tengas miedo, tienes nuestro abrazo, no te sientas perdido, encontrarás consuelo.
Mírate de nuevo... De verte a ti mismo encontrarás fortaleza, de tus lágrimas aflorarán las sonrisas, de tu temor, tu mayor valentía
Mírate por última vez... Hoy eres más fuerte que ayer.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Volví

Vuelvo para dejar que afloren mis sentimientos, para permitirle al corazón que palpite con fuerza, que destruya el ritmo tranquilo que adquirió para creer que todo estaba bien.
Vuelvo, porque sólo aquí los miedos se atreven a aparecer; mis preocupaciones se apilan en montones, como cientos de hilos grises que se enredan unos con otros, que confiesan cuán difícil es existir con el pesar de tus propias palabras, de los pensamientos mejor guardados.
Estaré bien, porque lentamente adquiero fuerzas, porque jamás he sabido permanecer en la derrota, porque siempre he tenido el anhelo de un día mejor.
Estaré bien, porque todo esto no es más que un engaño de mi cabeza, una ilusión ante mis ojos, la fantasía que sólo existe para mí...

lunes, 20 de agosto de 2012

WhoIAm

Esta soy yo; libre, real y sin censuras.
Por perderme la vida, me escondo en el papel. Porque, siendo sincera, debo confesar muchas cosas aún. He mentido y a veces le tengo terror a mis verdades. Me he sentido arrepentida, sin embargo, no cambiaría nada. Dejo de ser yo misma, me paso de pilla intentando disimular esa tristeza que debiera ser rabia.
Estoy avergonzada. Me avergüenza haber sido tan tonta, haber tropezado dos veces con una misma piedra, haber llorado sobre un poema que a mi corazón le resultaba demasiado íntimo.
Siento dolor por gente que no ha valido la pena, siento que muero cuando recuerdo a aquellos que se han marchado, se estremece mi cuerpo al pensar en las sonrisas perdidas.
Sigo soñando, tal vez demasiado. Me declaro culpable por no hacer nada en el presente, por vivir siempre perdida en el futuro, por tener miedo de lo que está delante de mí, por no hacerle frente a aquello que ha quedado atrás.
Estoy enamorada del amor y de mis fantasías, de todo aquello que me hace creer que mi príncipe azul existe, que viviremos felices por siempre. Amo lo que es único y sincero, amo la locura, la espontaneidad.
Aunque no sea cosa sencilla, la verdad es que me fascina sonreír. Y aunque no sea maravilla, vivo pensando en qué será de mí, de ti, de ellos, de nosotros.

No he perdido la esperanza, aunque cesa a ratos. No dejo de creer, no dejo de amar, no dejo de soñar.

Mi camino

Camino lentamente, entre árboles anaranjados, rojizos, amarillentos por la huella del otoño. Camino lentamente; aunque parece que se, casi de memoria, cuál es el camino que debo seguir, camino muy lentamente.
Me quiero entregar, dejarme llevar por un impulso que lo consuma todo; que sea verdadero, que sea real, que sea nuestro en un instante y para siempre.
Quiero regalarle mi vida a un sueño que me complete, a una esperanza que se vuelva eterna y que aún así sea distante. Inventaré el año, el día, la hora... Inventaré en mí el momento exacto para ser feliz.

Camino lentamente; empieza a atardecer en mi ventana. Pronto llegará la noche, y con ella tu recuerdo.
Camino lentamente, aunque parece que se, casi de memoria, cuál es el camino que debo seguir.

martes, 10 de julio de 2012

Párrafos incoherentes

Como quisiera poder suavizar mis palabras antes de pronunciarlas. Podría aprender a envolverlas en suave algodón y que lleven escondidas un abrazo cálido que explique todo sin necesidad de más. Quisiera que bastara con la mirada, porque a veces mis ojos dicen demasiado.

No quisiera, sin embargo, ser perfecta. Cometer errores me hace más fuerte y me ayuda a crecer. Aunque dudaría un instante si cambiar el dolor de estar equivocado, por la decepción de tener siempre la razón.

Me encantaría poder poner toda mi confianza en una sola persona. En aquella que realmente lo merezca.
Se, casi de memoria, que hace falta mucho tiempo. Se también que cuando se ama, es algo inevitable.

Si pudiera lograr, en este preciso momento, que mis dedos alcanzaran las palabras que se deslizan entre los recovecos del corazón, sería todo más sencillo.

Pudiera, en un caso como éste, tan sólo hacer invisible el orgullo... Entonces le rogaría por un abrazo que calme toda la pena que siento dentro.

Poder explicar que sólo lo necesito a usted. Que no hay consuelo cuando se ama, y que si no ha pasado una noche en vela, bien no conoce cómo es el amor.

Busco decir, en párrafos incoherentes, que no podré descansar. Que quisiera tenerlo a mi lado, que no hay perdón cuando se busca el cariño en otros corazones; que no hay solución si la realidad no nos pertenece del todo, si la ignoramos por miedo a "un poco de cualquier cosa".

Trato de explicar, en párrafos incoherentes, que te amo.

domingo, 8 de julio de 2012

Desaparecer

Para estos días en que te agotas. En que tienes dudas existenciales que no te dejan seguir, en que sientes que el futuro está predestinado y por más que lo intentes, no podrás cambiar nada.
Para estos días en que no me cuestiono sólo la vida, me lo cuestiono todo.
Días en que pienso si es posible ser más feliz en alguna otra existencia, en alguna otra realidad. Días en que no quisiera tener nada, para valorar aquello que sí tengo.
Para estos días en que estoy sola conmigo misma, y las reflexiones se vuelven extenuantes y eternas. Efímeras, aún así tan reales, tan mías.
Días en que nada puede aliviar el dolor de la realidad, el dolor de no saber el significado de los sentimientos, el de no tener una guía, una pista que seguir.
Para estos días en que estoy más perdida que nunca, o que he olvidado cuán perdida he estado otras veces. Días en que olvido que no sólo provoco el dolor ajeno, pero también el propio.

Días... días malditos en que tan sólo quisiera desaparecer.

jueves, 14 de junio de 2012

I'll be yours

Voy a recorrerte con la mirada, con las manos, con el alma.
Voy a entrar en el reflejo de tus ojos e iré  incluso más allá, tan lejos que llegaré a tus pensamientos. Tu olfato podrá distinguir el dulce aroma que me pertenece, se quedarán tus labios en un beso eterno que lo invada todo, me pertenecerá tu alma y su melodía. Seremos sólo amor, y el instante podrá permanecer cuanto tiempo nosotros deseemos.
Entonces voy a deslizar mis dedos por tu cuello, haciendo una cascada inmensa que baje de tus hombros a tu pecho. Te envolveré en caricias sinceras, voy a entregarte todo lo que soy y todo lo que tengo.
De la cascada surgirán deseos y encontraré su calma bajo tu ombligo, con mis dedos aferrados a tu espalda.  Voy a buscar en ti un abrazo que me devuelva la tranquilidad que en mis sueños he perdido, que me lleve a la locura. Voy a arriesgar el instante y lo eterno, voy a entregarme a la complejidad de ser poesía bajo tus manos.

miércoles, 13 de junio de 2012

Entre tú y yo

Si pudiera tan sólo entregarme a este amor en un suspiro y nada más. Si fuera tan sencillo como permanecer amarrada al silencio que oculta mis razones, podríamos comprender, tal vez, que tú me hagas sentir de esta forma, y que yo te haga desbordar en emociones.
Si me permitiera sobrevolar la realidad, dejarlo todo atrás y simplemente olvidar que para mí ya hay algo más, podría abrazarte con más fuerza que nunca... podría decirte que te quiero, que me haces falta, que no entiendo esos momentos en que ambos simplemente nos dejamos pasar.
Ojalá pudiera explicar la alegría efímera a la que nos vemos sometidos cada día, arremolinando nuestros sentimientos a un mundo de fantasías.
Nadie más puede entenderlo, porque sólo estamos tú y yo.
Es nuestro secreto... No hace falta nadie más que nosotros dos.


martes, 12 de junio de 2012

"La big Puerca"

Cute, isn't it?
Un día maldito, tras otro. Ya estoy echando a patadas al 2012 de mi vida ¿¡qué pretende!? Nuevamente estoy jugando con el anhelo de que el próximo año sea mejor que este.
Da igual, todo da igual. Estoy anesteciada con remedios (un cóctel de pastillas, como diría Arjona, que me ha subido el ánimo y me permite escribir), escucho música y me muevo (sólo un poco). Para los que no lo saben aún, la famosita AH1N1 (porcina, chancha, puerca) te provoca terribles dolores musculares; bailar no está recomendado.
Estoy encerrada en casa; una especie de burbuja familiar, en donde lamentablemente, me veo obligada a convivir más de lo deseado con algunas personas, y a pasar a relaciones virtuales con aquellas con las que realmente deseo estar.
No me importa, todo da igual. Un movimiento leve con el cuello y pienso "Ya voy a salir de esta (también de esta)".

lunes, 11 de junio de 2012

Perdida

Se me escapa la ilusión tras un recuerdo que no me pertenece, tras un sueño que me he inventado para sentirme satisfecha conmigo misma y con mi realidad.
Se me escapa, tal vez, una enorme oportunidad, o un encuentro casual que jamás debiera haber ocurrido. 
Comienzo por preguntarme si he sido culpable por forjar destinos que no me correspondían, por intentar desafiar a aquello que parecía estar preestablecido.
Me dejo llevar por esos sueños que han permanecido incompletos, me permito la eterna caída libre sobre mi propia memoria, sobre todo aquello que me ha hecho olvidar. 
Tengo cientos de preguntas, la incertidumbre me invade a cada segundo. Tengo tantos miedos, y me siento sola, varada en un mar ajeno que se alza con furia ante mis ojos. 
Me siento perdida... ¿Acaso he tomado la dirección equivocada?


domingo, 10 de junio de 2012

Because of you

Me detengo a pensar un instante. Repaso en mi mente tantos momentos que hemos vivido juntos, y separados. Recuerdo sonrisas, abrazos indiferentes, lágrimas desconsoladas, rabia, incomprensión... Son pocas las sonrisas; más bien hemos construido momentos efímeros, en que fingimos que a ambos nos importa, cuando en realidad no vivimos más que de un compromiso, alguna especie de promesa legal, en que tú evitas involucrarte en más problemas y yo debo sentirme satisfecha; "El peor es nada".

Han habido momentos irreflexivos, en que me ha costado comprender las razones de este abandono, las bases que hay tras nuestra relación. Hace años resultaba difícil entender por qué las cosas se habían dado de esta manera, pero entonces todo cobra sentido. Son pocas aquellas relaciones que perduran de modo desinteresado; eso debe ser amar de verdad. Lo nuestro no es más que una "tarea" que debemos cumplir cada fin de semana.

Hoy buscas hacerme reflexionar con respecto a algo, y lo estás logrando. Algunos intentan encontrar una razón lógica, para mí sólo se esconde tu auténtico egocentrismo, tu personalidad intrínsecamente narcisista.

Me dejas atrás, jamás te ha importado aquello que no puedes sentir... (¿Alguna vez has sentido algo?). Me regalas un día nublado, encerrándome en mis pensamientos, intentando comprender el miedo que siento, la tristeza que me invade a cada segundo.

En este preciso momento, yo trato de encontrar mis propias razones, algo que me haga entender. Cuando tienes veinte años entras a darte cuenta que a veces es mejor no buscarlas, podrías encontrarte con algo que no quieres saber realmente.

Querías hacerme sentir culpable... Pero adivina: El único culpable aquí eres.


lunes, 4 de junio de 2012

"Let me go"

Días en que todo parece demasiado difícil, días en que sólo quisiera dedicarme a escribir... Escribir, y desaparecer escribiendo.
Días en los que puedes conocerte a ti misma un poco más, en que comprendes que hay quienes están a tu lado, y quienes jamás estarán. Son estos momentos en que reflexionas con respecto a la casualidad de seguir viviendo, en lo que exige esta vida de ti y en lo efímera que resulta tu existencia, y la de todos.
En estos instantes en que todo parece infinitamente estúpido; en que no vale la pena levantarte, respirar o intentar... Estos días malditos que debieran desaparecer tras un grito de desesperación; la locura que queda tras mis expectativas por sobrevivir y dejar de hacerlo.
Días en que Kelly Clarckson repite una y otra vez en mi cabeza "What doesn't kill you, makes you stronger". Días en que esta frase ha perdido por completo su sentido.

Días en que simplemente quisieras que todo el mundo se detuviera un instante para agotar el milagro que te hace permanecer.



martes, 22 de mayo de 2012

Extasiada de fantasía

Voy a seducirte con una sonrisa y luego a encantarte con el corazón. Tu mirada quedará atrapada por siempre en la mía, y seremos como sólo uno, aunque seamos dos.
Podrá tu placer escapar a mi memoria, lo efímero se habrá vuelto eterno y quedaremos rondando en un instante sin límites.
Permíteme, amor, hacerte parte de este secreto que es sólo nuestro. Toma mi mano y déjate llevar, tengo todo un mundo nuevo que te quiero mostrar.
No; no creas que puedes darte el lujo de temer. Si lo fuésemos a perder todo, aún quedaríamos tú y yo, rondando en un instante que no tiene límites.

sábado, 12 de mayo de 2012

Crisis vocacional

"¿Quién no ha tenido una alguna vez?" - decían mis amigos.
Para mí seguía siendo inaceptable. "No todos", pensaba yo. Cuando entré a la universidad, luego de haber decidido que estudiaría periodismo, me prometí a mí misma que no me cambiaría de carrera. Tenía que terminar aquello con lo que había empezado, y no estaba dispuesta a permitir que los sentimientos se involucraran. Después de todo ¿estaría plenamente feliz en alguna carrera? Creo que no nací para nada (como alguna vez dije, o no soy buena en nada, o soy un poco buena en muchas cosas).
Los pensamientos se alborotaban en mi cabeza, y pronto ya era demasiado tarde para detener las lágrimas. Extrañamente, ésta vez (probablemente primera vez en mi vida) dejé a Kelly con su música, dejé el blog y las entradas, dejé los papeles manchados de lágrimas y decidí hablar... Después de todo ¿por qué no hacerlo? Tenía a la persona perfecta a mi lado. La única persona con la que he tenido suficiente confianza como para abrir las puertas de mi corazón.
Luego de esa conversación, mis emociones comenzaron a ceder; la racionalidad se apoderó de mí, y esa noche barajaba todas las posibilidades. Por suerte, a alguna hora debía llegar mi extasiante distracción.
Esperé al momento indicado, y, apresuradamente -debo reconocerlo- tomé una decisión (aunque aún no es definitiva). La impulsividad logró calmar mi ansiedad, y aún sigo con la idea de seguir dos carreras paralelas. Dejar periodismo no está entre mis opciones; pero se que no me siento completa así. Estoy buscando algo más, algo que llene esta parte de mí que aún permanece vacía.
Periodismo y pedagogía básica. Tal vez tú creas que será demasiado para mí, pero estoy dispuesta a aceptar el desafío...
Desde un marco lejano, me veo a mí misma persiguiendo un sueño, corriendo desesperadamente por alcanzarlo. Nada importa mientras disfrute el camino hacia esa realización.


Aquí voy

sábado, 5 de mayo de 2012

Te amo

He aprendido a querer con el corazón, a ser fiel en pensamiento, a sonreír. Me has enseñado que el amor es un sentimiento maravilloso e incontrolable; se desborda y enloquece, aún así, no es nada que debas temer.
Juntos hemos aprendido; y si esta vida no fuera más que un pasaje, sabría cómo pintarlo de atardecer. Lo llenaría de besos y sazonado con abrazos podríamos hacer realidad lo imposible. Entonces, si la felicidad fuese un estado, podríamos permanecer amarrados para siempre.
He aprendido que nada puede contra el poder inmenso que tiene la voluntad, que nada es imposible. Me has enseñado que debo seguir adelante sin importar qué. Si sé que hacemos juntos esta travesía y librarás conmigo las luchas más difíciles, entonces no tengo miedo de nada. Confío en ti y en mí, me dejo llevar por esta fascinación de amarte.
He aprendido que juntos podemos ser fuertes, podemos ser uno, podemos ser todo. Me has enseñado que el amor perdona y puede más que nada, y que la pasión es una salida romántica pero feroz de besos y caricias desenfrenadas.
Nunca antes las cosas parecieron tan perfectas. Me basto de pequeños instantes en que verte sonreír se vuelve el éxtasis diario que me hace real e inexistente al mismo tiempo.

Te amo


sábado, 14 de abril de 2012

Veinte (o diecisiempre)

Mañana a las 19 horas con 19 minutos, estaré dejando mis 19 años. No sé si me siento preparada, pero puede que sea un tema netamente emocional. Mi cumpleaños siempre me pone sensible.

No quiero cumplir 20; tal vez porque siento que se me escapa la vida, tal vez porque siento que los sueños se me acercan demasiado. ¿No es este el momento preciso para poner manos a la obra y concretar todo lo que un día anhelé? Después de todo, el camino que elijo está forjando, paso a paso, mi destino.

Deseo tantas cosas para mi vida, y mi cumpleaños me recuerda que ha pasado un año más, y yo sigo persiguiendo los mismos sueños.

Me aterra no tener el tiempo suficiente, me llena saber que avanzo hacia un futuro que yo misma estoy haciendo.

"Todo pasa por algo" - me repito a mí misma.

Los días han estado agitados. Más de lo normal, eso es seguro.

Suena "Stronger" de Kelly Clarckson, y yo decido levantarme a estudiar porque la próxima semana tengo certámenes todos los días.

A sólo horas de cumplir veinte años, me siento orgullosa de mí misma como persona, intento dar lo mejor cada día, ayudar a quienes lo necesitan, e ir realizando sueños sin pasar a llevar a nadie. No pretendo ser perfecta, sólo quisiera estar segura de no irme de esta vida sin haber hecho algo por ella.

Por fin estoy realizando sueños de mi infancia: El lunes 16 (con veinte años y un día) empiezan mis clases de canto; y ya llevo dos sesiones de danza, la próxima semana sigo con ellas, y pretendo quedarme por bastante tiempo.

Casi veinte años, y las muelas del juicio se han dignado a aparecer. Malditas; pero no importa. Me lleno de valor, porque en algunos días más me ingresan a pabellón para sacar esos dientes no deseados.

"What doesn't kill you makes you stronger", me dice Kelly al oído.

Leerme para conocerme

Las personas suelen juzgarme sin conocerme; debe ser que hablo con palabras que no existen, casi todas mis cosas son de color rosa, soy buena para el pololeo y creo en los cuentos de hadas, las amistades eternas y el amor verdadero.
La verdad que a primera vista puedo parecer un poco inocente. Algunos dicen que no aparento los casi veinte años que ya tengo. Para ser sincera, de inocente tengo poco, aunque soy idealista, amo los animales, me preocupo del medioambiente y tengo complejo Disney, hay otra parte de mí que pocos conocen: soy fanática de los videojuegos, sueño con aprender a boxear y le miento a mi mamá.

Son pocos los que pueden decir que realmente saben quién soy; más allá de las sonrisas, hay historias que quedan perdidas en algún cuaderno, verdades que nadie conoce, y lo cierto es que me callo las penas porque me da miedo molestar.

Hay cosas en mi vida que parecen andar de cabeza. Alguna vez fui un embarazo no deseado, y probablemente tiene algo que ver con mi molestia con respecto al aborto. Nací con un ojo azul y otro café, y aunque ese pequeño problema se solucionó en gran parte, aún hay quienes se percatan de la diferencia. No tengo de qué preocuparme, he aprendido a vivir con ambas cosas.

Honestamente, no sé qué es de mi vida. Me cuesta entender quién soy y hacia dónde me dirijo; éstas deben ser las preguntas que con mayor frecuencia acuden a mis pensamientos. Estudiar periodismo no era mi sueño, ni nada parecido, aún así, disfruto mis logros y me conformo con dar lo mejor de mí en cada situación. Dejé atrás mis anhelos de ser actriz, el de cantar para mis fans y el de ser piloto de Lan Chile.

Parece que soy indecisa, pero en realidad no es así. Ocurre que no soy buena en nada, o tal vez soy un poco buena en muchas cosas… Es difícil saber cuál es tu camino cuando ninguna carrera te atrae de forma particular. Periodismo era mi última opción, pero lo único en lista que mi mamá estaba dispuesta a pagar.

Creo que estaré eternamente enamorada del amor. Soy coqueta por naturaleza, y me encanta la atención. A mis amigos los cuido con la vida, a veces siento que son lo único que tengo para sobrevivir la agitada realidad que me rodea. Y es que además de Disney, soy llorona.

Mi filosofía de vida, es hacer las cosas a mi manera. No creo en nada ni nadie; tengo en mi cabeza el concepto de que yo lo hago mejor, y por eso que no me gusta delegar tareas. Soy desobediente, desafiante, terca y testaruda. Lo admito, debo caerme un par de veces antes de aprender.

Idealista en extremo, aún creo que soy una chica que vino a cambiar el mundo y la mentalidad de las personas. Amante de los animales y eterna defensora de los perros, soy una doglover de corazón.

Hay cosas en esta vida que realmente no puedo soportar: Los argumentos débiles, las faltas de ortografía, los hombres que dicen que no lloran, las películas que no tienen finales felices, entre tantas otras cosas. Tengo poca paciencia y soy muy llevada a mis ideas.

Nací mañosa, no como verduras verde oscuro, me desagrada el pollo en forma de pollo, y encuentro insólito que algunas personas disfruten las ostras. Podría vivir comiendo sólo dulces. Soy adicta al chocolate y los helados de agua, aunque no vayan a creer que como cualquiera, porque aparte de todo, soy quisquillosa.

Disfruto con cosas pequeñas. Me fascina cantar, jugar con mi perro, conversar con mis amigos, ver la puesta de sol, tomar fotografías, cuidar niños, hacer reír a las personas… Nada me hace más feliz que tener el tiempo de sentarme a escribir libremente: en el papel siempre soy yo misma.

lunes, 9 de abril de 2012

So close, so in love

Que hermoso es oír tu voz a través del teléfono.
Me cura la ansiedad, la tristeza, la soledad... Me roba el instante y el colapso premeditado. Termina de una vez por todas con esta rutina que quiere matarme.
Es maravilloso cuando jugamos enredados entre palabras y sonrisas. Puedo sentirte a mi lado; siento tus besos, tu respiración, y los latidos de ese corazón que ya ha llegado a pertenecerme.
¡Me encantas! me encanta cuando lo damos todo, cuando no tenemos miedo, cuando somos únicos y verdaderos.
No importa si me siento devastada, tu voz puede hacerme olvidar... Ruedo entre las alfombras, me amarro las piernas en un abrazo tuyo, sonrío y volvemos a empezar.
Te quiero. Te quiero tanto que no me cabes en el pensamiento.

jueves, 5 de abril de 2012

Así sí

Déjame permanecer en este momento maravilloso. No te lleves este segundo en que nuestros corazones comparten un sólo latido, porque están realmente conectados.
Aprender a someterme a la rapidez que tiene el tiempo cuando lo paso a tu lado, comprender que no siempre puedo sentirme completa. Depende de ti salvarme, enséñame a decir lo que siento, enséñame a abrirle este corazón a alguien más que a mí misma...
En este preciso momento permanecemos enredados; nos comprendemos a la perfección porque nuestros corazones comparten un sólo latidos, porque están realmente conectados.

Te quiero; te quiero tanto que hasta mi imaginación está superada.

domingo, 1 de abril de 2012

Corre, corazón

Te has llevado mis sonrisas; te has llevado todo.
Me prometiste el mundo con una mirada, y te lo has llevado todo.
Me arrebatas las esperanzas, y tus palabras me hacen caer.
Hiciste que te quisiera demasiado, y hoy no te importa cuánto daño ese cariño cause en mí.

Te has llevado mis sonrisas, mi corazón... Te has llevado todo.
Me prometiste algún futuro y hoy estamos estancados en el tiempo que no corre.
Me arrebatas los anhelos, tu indiferencia me desmorona poco a poco.
Hiciste que te quisiera demasiado, y hoy no te importa cuánto daño ese cariño cause en mí.

He sido tonta, he sido débil, he sido culpable... Sigo siendo yo.
Vuelve, devuelve mis sonrisas, devuelve la esperanza, devuelve ese futuro imaginario, devuelve las razones, devuelve mis anhelos... No me dejes caer.

Me desmorono poco a poco, y tú, permaneces indiferente.

jueves, 29 de marzo de 2012

Loneliness

No tengo nada sobre que escribir, pero quiero sentarme a hacerlo de todos modos.
"Every now and then I get a little bit lonely and you're never coming around"
Me siento cansada; me pesa la vida.
Tuve la tentación de comenzar a escribir algo importante, pero más allá de las ganas, no había inspiración. Decidí permanecer en algún pensamiento vago, en un sentimiento incompleto e inesperado...
Tal vez necesito descanso, tal vez un lápiz y papel...
Tal vez sólo necesito algo de cariño.

miércoles, 28 de marzo de 2012

La culpa asesinada a sangre fría

Aquella noche helaba, sin embargo, las mujeres lucían sus largos y coloridos vestidos con suma elegancia. Se movían gráciles de un lado a otro, y el castillo de Chambord, ubicado a 14 kilómetros al este de Blois, se llenaba de murmullos, conversaciones animadas y música que resonaba en todas sus paredes.

Estaban allí todas las familias invitadas. Era el baile más importante del año; las mascaradas siempre prometían sorpresas. Mujeres que se atrevían a seducir detrás de sus antifaces, y caballeros que buscaban descubrir qué había más allá.

El salón del castillo relucía con el brillo de las enormes lámparas, unas majestuosas cortinas de seda roja caían en las ventanas, el suelo brillaba y el techo y las paredes tenían llamativos diseños pintados en color oro. 

Algunos retratos decoraban la habitación, y había unas cuantas sillas, a juego con las cortinas, para aquellos que no fueran a bailar.

Los elegantes carruajes se detenían junto a la puerta del castillo, y los empleados recibían a todos los invitados con una elegante reverencia que luego los conducía al salón principal.

Cuando la habitación estaba repleta de gente, la orquesta se preparó para el primer baile. Se formaron dos hileras, una de hombres y otra de mujeres, y comenzaron a bailar. Con un delicado primer paso, se abrió lugar a una coreografía rigurosa. Todos seguían el ritmo de la música y daban los pasos con exactitud. A veces aplaudían, otras, hacían resonar el suelo con sus zapatos.

Cambiaban las parejas, la gente sonreía, la música continuaba sonando y todos parecían ir al ritmo del agitado baile, excepto uno de los invitados.

Rezagado en una de las esquinas del salón, estaba Frédéric Goncourt, un hombre alto y apuesto, con un disfraz de pierrot, que iba a juego con su rostro maquillado de blanco. Sostenía la cabeza entre las manos, y su pelo castaño le caía desordenado hacia delante.  

Cuando Diane miró a aquella esquina, inmediatamente dejó de bailar. Aunque no podía ver los brillantes ojos de Frédéric, sabía que era él. Podía reconocerlo sin importar la distancia que los separara.

Diane tenía sólo 16 años, pero su madre una vez le había dicho que Frédéric era el hombre para ella, y desde entonces, no había podido sacarse la idea de la cabeza. Aquella noche lucía un elegante vestido color rosa pálido y detalles blancos. Su larga cabellera rubia estaba recogida con una flor a juego con su vestido, y una pieza única adornaba su cuello delicado. Los ojos le brillaban por la esperanza de estar con Frédéric; estaba segura de que lo conquistaría en aquel baile.

Caminó hacia él, con pasos llenos de gracia, mirando coqueta a través de la máscara con sus ojos azules. Ensayaba en su cabeza una y otra vez las palabras.

“Buenas noches, Frédéric” – le dijo suavemente, y acompañó su saludo con una reverencia.  

Él levantó la cabeza y dirigió su mirada hacia ella. Diane era la única capaz de quitarle todo el dolor y la culpa que sentía. Sus inmensos ojos azules lo invadieron de calma, se sintió renacer.

“Buenas noches” – respondió. “¿Qué ocurre que no estás bailando?” – le preguntó con una leve sonrisa en los labios.

Diane pudo sentir como sus mejillas se sonrojaban; pensó en decirle que lo único que quería era bailar con él alguna pieza, que no podía dejar de mirarlo a la distancia y que al fin había reunido el valor suficiente para acercarse a él y saludarlo.

“¿Qué ocurre que tú no estás bailando?” – dijo ella evadiendo la pregunta, y quitándose el antifaz que cubría su rostro.

Él la miró con detalle, seducido por la delicada línea de su sonrisa, cautivado por el brillo enigmático de sus ojos, y dejó que las palabras fluyeran de sí: “¿Me concederías esta pieza?” – dijo al tiempo que estiraba su mano para recibir la de ella.

Diane posó sus dedos con delicadeza sobre los de Frédéric y ambos caminaron a la pista de baile.

No dejaban de mirarse fijamente, y sus pasos iban al son de la música. Tras cada movimiento, una bocanada de aire impregnado con el dulce aroma de Diane quedaba flotando en el aire, y Frédéric hacía lo posible por conservar cada nota de aquella esencia en su memoria. Esos momentos le parecían maravillosos, le recordaban que valía la pena vivir.

Bailaron muchas canciones, un baile tras otro, y cuando por fin la orquesta se decidió a tocar la canción favorita de Frédéric, él decidió que era el momento indicado.

“Diane…” – comenzó diciendo, pero sus intenciones de hablar se vieron interrumpidas por gritos alarmados dentro del salón. Alguien había irrumpido en el baile montado en su caballo y blandiendo una espada.

“Pagarás por lo que has hecho” – gritó el hombre sobre el caballo, dirigiéndose a Frédéric. Él sabía precisamente de quién se trataba; no necesitaba ver su rostro para adivinarlo, y también conocía de antemano los cargos por los cuales lo estaban culpando. Aquella noche debía morir, o volver a matar.

Se bajó del caballo de un salto, y al sacarse su máscara, causó gran impresión en todos los presentes. Era Jacques, el hermano mayor de Frédéric.

“¿Qué está pasando?” – preguntó Diane con el rostro desfigurado por la impresión. Estaba asustada y confundida. Quería refugiarse en los brazos de su amado, pero aquella situación lo involucraba a él también.

Ocurrió lo que ella tanto temía. “¡Toma tu caballo y sígueme por el bosque!” – le dijo Jacques a su hermano, “Esta noche pagarás por haber asesinado a nuestra madre”.

Se escuchó un grito ahogado en toda la habitación, seguido de un murmullo incesante. Frédéric se alejó de Diane sin decir una palabra, y montó su caballo negro para salir a aquella fría noche de invierno y lanzarse en una batalla a muerte con su hermano mayor.

Galoparon hasta que se habían alejado lo suficiente de la fiesta. Se encontraban perdidos entre los 14 kilómetros de bosque que rodeaban el castillo de Chambord.

Entre insultos y frases entrecortadas por la rabia, Jacques se bajó de su caballo. Tenía 26 años, se parecía mucho a su hermano, pero era un poco más alto y musculoso. Lucía un disfraz, como si alguna vez hubiese tenido la intención de ir al baile.

Desenvainó su espada, y Frédéric le siguió. Inmediatamente, y sin pensarlo, se batieron a duelo. Se oía con nitidez el choque de los metales, y Jacques no dejaba de gritar. Guiado por la rabia, sus movimientos eran mucho más rápidos y acertados que los de Frédéric.

Parecía que el hermano menor estaba dispuesto a morir. Aquella tarde había envenenado a su madre sin piedad. Ahora, tal vez se arrepentía, y veía la muerte como el único castigo que podría liberarlo de la inmensa culpa que sentía.

No sabía por qué lo había hecho, ni siquiera sabía por qué seguía luchando si él mismo sentía que debía morir. Claire siempre había sido una mujer maravillosa, la mejor madre que pudo tener, y él estaba consciente de ello, pero todo había ocurrido en un momento de arrebato, y no había tenido la suficiente hombría como para confesarle a su hermano lo que había hecho. Escondió el cuerpo de su madre en el armario, y antes de cerrarlo, le cubrió con sus ropas los ojos aún abiertos que parecían preguntarle el motivo de aquel asesinato.

Sumido en sus pensamientos, casi no alcanzó a notar cuando Frédéric lo atravesó con su espada afilada. 
Aunque la herida no había sido en su corazón, no tardaría en morir desangrado.

Escuchó que algunos carruajes llegaban al lugar donde se encontraban, pudo oír también los gritos de Diane, que le rogaba desde la lejanía que tuviera fuerzas, que no la dejara. Sintió cómo su mejor amigo, Loic, lo levantaba del suelo. Y otros dos asistentes al baile, a quienes no pudo reconocer, lo ayudaban en vano.

“Jamás podré perdonarte”, dijo Jacques, y eso fue lo último que Frédéric alcanzó a oír antes de que su corazón dejara de latir. Aquella noche se llevaba a la tumba el amor, la esperanza y la culpa.

jueves, 22 de marzo de 2012

Prepráctica para papás

Transeúntes y automovilistas nos miraban extrañados. En cada semáforo, a uno que otro se le escapaba una sonrisa o un gesto de incomprensión. No era para menos, pues Guillermo, mi pololo de 23 años, manejaba una Kia Carnival con 5 niños en su interior y conmigo de copiloto. Para volver la situación aún más divertida, Guillermo llevaba unos lentes de mujer que no pasaban desapercibidos.
Por supuesto que la van no nos pertenecía, ni mucho menos los niños que viajaban en su interior. Todo aquello era un préstamo del hermano mayor de mi pololo. Era día de cuidar a los pequeños, y los lentes eran un complemento ideal según él porque volvían aquella situación aún más inusual para cualquiera que observara desde fuera.
Parecían preguntarse cómo era posible que existieran padres tan prematuros, o miraban con cara de interés; tal vez intentando averiguar dónde nos habíamos conseguido cirugía plástica con tan increíbles resultados.
Ignoramos las miradas, a ambos nos divierte un poco hacer el ridículo.
En la Kia, sonaba el hit de este verano a todo volumen. “Nossa, nossa…” cantábamos todos a coro. Blanquita y María tenían una coreografía rigurosamente ensayada, ambas coincidían con perfección en cada uno de los pasos. Juanito e Ignacio hacían movimientos a toda velocidad y seguían el ritmo de la música. Por su parte Domingo, el más pequeño de todos, hacía su aporte con sonrisas y aplausos que sazonaban de ternura aquella escena particular.
Fue lo mismo con cada una de las canciones que escuchamos durante el trayecto. Todos querían demostrar sus talentos, y mi pololo y yo no dejábamos de corear cada una de las melodías.
Llegamos a la piscina en la casa de mi suegra, y los niños bajaron del auto gritando y cantando restos de la canción que acababa de sonar.
“Niños en una pieza, niñas en la otra”, dijo Guillermo cuando entramos a la casa. Todos acatamos la instrucción, y en poco tiempo estábamos listos para disfrutar de una tarde de piscina que resultaría inolvidable.
Domingo se nos adelantó. Saltó al agua sin siquiera pensarlo, y sus risitas encantadoras nos persuadieron de seguir su ejemplo. Mi pololo salió tras él, y comenzaron una serie de piqueros que serían la entretención del pequeño de dos años hasta el final de la tarde.
Nadamos, nos reímos e hicimos competencias de todo tipo. Juanito deslumbró con las mejores bombitas de agua, salpicando a todo lo que había a su alrededor; María demostró su talento con las volteretas acuáticas, que ejecutaba con rapidez hacia atrás y hacia adelante. Ignacio probó su puntería dándole en la cabeza a mi pololo con una pelota de fútbol, y Blanquita hacía eternas invertidas dentro de la piscina.
Luego de un par de horas, nuestra presencia en el lugar dejó de parecer tan agradable. Los gritos del grupo provocaron que algunas personas nos miraran con cara de disgusto, sin embargo, a ninguno de nosotros pareció importarle. Íbamos a pasar un buen rato, y nada podría cambiar eso.
Probablemente, ninguno de los adultos presentes en el sector pensó que podíamos hacer más ruido del que ya estábamos haciendo; pero tuvimos la brillante idea de jugar Marco Polo, y la paz se escapó por completo de sus manos. Algunos incluso decidieron abandonar el lugar, probablemente por sanidad mental.
Estábamos en evidente desventaja cada vez que a Juanito le tocaba pillar. Le hacía honor a sus talentos en natación braceando tan rápido que no alcanzábamos a escapar. Guillermo y yo teníamos un juego seductor, en que nuestras voces se buscaban la una a la otra y nos perseguíamos con delicadeza. Domingo jamás pudo entender cuándo era que tenía que responder “Polo”, a pesar de eso, sus sonrisas delataban que estaba pasando un buen rato con nosotros.
Abandonamos la piscina a eso de las siete de la tarde sólo porque el frío ya era excesivo. Nos secamos rápidamente con las toallas, envolvimos a los más pequeños en las suyas y subimos al departamento entre risas y canciones incompletas.
Mi suegra nos esperaba con una once de niños en la cocina. Me sentí pequeña otra vez cuando me preguntó si prefería un paquete de galletitas con forma de dinosaurio, o uno de Oreo. Nos sentamos todos a la mesa y comenzaron los chistes. Cada uno tenía los suyos para contar, y todas las veces yo era la última en entender. Nos reíamos a carcajadas de la incoherencia de algunos, de la ordinariez de otros, y de mi bajo nivel de comprensión para los chistes.
Cuando volvimos a la casa de los niños nos esperaban en el refrigerador unos helados que mi pololo había comprado de sorpresa. Servimos potes repletos de helado de frambuesa, chocolate y manjar chips. Parecía nuestra segunda once del día, pero la agitada tarde de piscina que habíamos tenido justificaba tanto apetito.
En la mesa conversamos sobre el mago enmascarado. Cada uno me contó su truco preferido. Ignacio resultó ser un fanático de la magia, y me contaba con brillo en los ojos sobre los capítulos más impactantes.
A pedido de los niños, el día terminó con maratón de películas. En una pieza estábamos Domingo, María, Ignacio y yo viendo “El Gato con Botas”, y en la otra, Blanquita, Guillermo y Juanito viendo la primera parte de “Harry Potter y las reliquias de la muerte”. El pequeño de dos años pidió sentarse a mi lado, y me dio un beso en el brazo que pareció una señal de agradecimiento por aquel día tan divertido que les habíamos regalado. Comimos palomitas de maíz y disfrutamos de las películas.
Cuando llegó la hora de irnos, los niños nos suplicaron que nos quedáramos un rato más; sin embargo, ya era demasiado tarde, y yo debía volver a mi casa.
“Pronto será mi cumpleaños”, les dije, “me encantaría que me acompañaran ese día; podríamos ir todos juntos a tomar un helado”. Pareció encantarles la idea, y María incluso propuso que después de los helados cocináramos pizza en su casa.
Tomé a Domingo entre mis brazos y le di un sonoro beso en la mejilla. Cuando lo dejé en el suelo, Guillermo me miró sonriendo y dijo “Aún no estoy listo para ser papá”. Sólo esa frase bastó para que se ganara un golpecito en el brazo.
A la mañana siguiente, recibí el correo de la coordinadora de carrera solicitando que inscribiera mi último ramo "¿No habrá una prepráctica para papás?", me pregunté.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Enamorada, eso es seguro

Si quisiera tener miedo, podría vivir amarrada en la simple duda que me deja tu ausencia. Si quisiera volverme loca, podría besarte hasta no respirar; podría desnudarte el cuerpo y enredarme en tus secretos.
Si quisiera sentir decepción, podría vivir esta vida sin mirarte otra vez. Si quisiera estar enojada, podría no volver a escuchar tus disculpas.
Si quisiera sonreír, sé que basta con acercarte a mí; y si quisiera que una carcajada me invadiera de forma inevitable, sólo tengo que empezar por hacerte reír.
Sé que si quiero cantar, puedo cantar contigo... Sé que si avanzo, avanzamos juntos.
Y si no quisiera estar enamorada... Ya no hay nada que pueda hacer al respecto.

Sola, loca, culpable.

Termina la primera, y última clase del día. Yo canto a viva voz una de mis canciones favoritas de la infancia: "Two in a million". ¿Y que más puedo hacer si el grupo que admiraba a mis siete años se ha vuelto a reunir?
El recuerdo me remece el corazón, siento un leve escalofrío y paso a la siguiente canción. "S Club!", gritamos a coro.
Es día polémico, día de alianzas, día de estar floja y no hacer nada más que escribir.
Todo comenzó esta mañana con los Trending Topic en Twitter que no pudieron pasar desapercibidos, qué no ocurría hoy? Estábamos llenos de "eventos".
A tanta noticia, le siguieron un par de waffles con poca miel. Odio cuando se acaba y tengo que maltratar el envase con tal de conseguir una gotita de su contenido ¿A quién no le ha pasado?
Llegué tarde, como siempre, y bailé como nunca.
¡AZUL! ¡AZUL! Estábamos llenos de entusiasmo, dispuestos a ganar todas las competencias a costa de (casi) cualquier cosa.
Luego lo inesperado; la rabia desatada, la copucha en su máxima expresión y un vaso de agua que me pareció eterno.
Mi "Galán Galeno" me ha tenido abandonada todo el día; temas de trabajo, por supuesto. Yo sólo me pregunto si hará falta que ponga un aviso de "Se busca reemplazante". ¿Qué hago si estoy cariñosa y el cabro es tan trabajador? Pequeño detalle, olvidé decirle que en mis complejos de princesa necesito de su amor las 24 horas del día. (Bueno, bueno... Tal vez no taaaanto)
Quiero irme a dormir. Puede ser culpa; mi subconsciente sabe que son las ocho de la noche y aún no he hecho nada.
"¿Que importa?", me pregunta sarcástico el pequeño demonio en mi hombro izquierdo...
Me lleno la boca de cereales y doy media vuelta para contemplar mi cama con deseo.

Volver al cielo

Volver al cielo sería sencillo. Sólo necesito un poco de tus besos dulzones, la amargura de los recuerdos que aterra recordar y una sonrisa que se convierte en la curva sensual que persigue mi instinto.
Volver al cielo sería sencillo. Basta una mirada asesina que detenga mis latidos, un encierro permanente que me haga perder toda esperanza y una probada de la sustancia peligrosa que recorre tus venas.
Volver al cielo sería sencillo. Podría atravesarme en el espejo, arrancarme sin piedad el corazón y entonar un grito desgarrador que no deje a nadie impertérrito.
Volver al cielo sería deseo, sería devorarte los labios, que me azotes con alguna frase cruel, que vuelvas a enamorarme con una mirada, que nos perdamos en una fantasía...
Volver al cielo... Volver al cielo sería sencillo.

lunes, 19 de marzo de 2012

Todos los perritos se van al cielo

Hoy, 19 de marzo, se cumplen dos años desde la muerte de mi perro.
Tuvimos que sacrificarlo porque tenía un cáncer terminal que ya no lo dejaba comer ni moverse. Aquel día, luego de tener sobre mis hombros el poder de una decisión que lo cambiaría todo, llegué a mi casa y le escribí una carta:

Me fui esa mañana rápidamente al colegio... Un poco más tranquila por haberte visto comer al menos. 
No pensé jamás que a mi regreso me esperaba tu ausencia... 
Había planeado pasar la tarde a tu lado, peinandote, haciendote cariños y diciendote que juntos podríamos salir adelante: Siempre lo creí así. 
No sabes lo importante que eres para mí, y ahora más que nunca quisiera sentir tu entusiasmo habitual: Que saltes en la ventana, ladrando cuando me ves llegar; que muevas tu colita; que languetees mis dedos a traves de la reja, y apoyes tu cabeza en mis manos para que la acaricie. 
Eres increible; tan fuerte.. te admiro. Nunca dejaste de luchar, y jamás te quejaste de nada... Yo ya siento que no puedo sola; quisiera tener tu valentía. 
Perdoname por no acariciarte cada día más, por no correr a tu lado siempre que lo pedías, y por olvidar buscar la pelota verde que perdimos en el jardín... 
Aún no era tiempo de dejarlo todo atrás; te quedaban tantas cosas por descubrir: El sabor de las nuevas galletas que compré para tí, y sentir la brisa en tu pelito si corrías tan rápido como podías... La emoción de ese nuevo juguete que me quedé con ganas de regalarte, y descubrir que el hermoso perrito en el espejo del baño eras tu, gordo.. Trucos que me faltó enseñarte, y mil abrazos que aún quisiera darte.. Mis 18 y tus 4... 
Bebé, eres una de las cosas más lindas que me pasó en mi vida... Y en este nuevo paso de la tuya, quiero que sepas que siempre voy a acompañarte. Seguirás estando en la casa donde creciste, y yo seguiré adelante teniendote a tí como ejemplo.. Voy a ser fuerte, y lucharé contra cualquier obstáculo que se me presente... Como tú. 
Un angelito me está cuidando, y es el más lindo de todos. 
Gracias por dar la pelea hasta el final, y por regalarme los momentos más hermosos que he vivido. 

TeAmo. 


Hoy lo recuerdo con orgullo, como el perro más valiente que he conocido en toda mi vida. Me acompaña cada día, y me recuerda que cuando todo parece perdido, debo dar lo mejor de mí, siempre hasta el último respiro. 

Muñeca de trapo

Rodeada de gente,
y aún así tan sola.

Perdida en un suspiro,
añorando poder encontrarme conmigo misma.

Haciendo preguntas que no valen mis dudas,
Permanezco en una pausa eterna que congela hasta mis sentimientos.

Fría, asustada; rodeada de gente,
y aún así tan sola.

domingo, 11 de marzo de 2012

Mi silencio

Equivoco las palabras, no coinciden mis razones... No creo que nada sea suficiente y por eso prefiero quedarme; volver, entre mis miedos enredada.
Intento, de corazón busco soluciones. Nada me dice que mi confusión no sea algo permanente, nadie me asegura que estos temores vayan a marcharse.
Olvídalo, tú no lo sabrías ni aunque mi corazón lo dijera a gritos.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Llévame

Efímero, y aún así tan eterno.
Enfrento este amor por ti con miedo; me lleno de valentía para no perderme de ningún sólo momento, de ninguna sola emoción.
Le susurro a tu corazón palabras que parecen indescifrables. Te lleno de besos que quieren contar historias interminables.
Lo nuestro parece tan efímero, y aún así tan eterno.
Los momentos son infinitamente nuestros, y tu sonrisa me embriaga de cariño, de esperanza.
Llévame, quiero volar contigo.

jueves, 9 de febrero de 2012

Te quiero tanto

Podemos aferrarnos a un momento, a un instante que para ambos podría parecer eterno.
Podría imaginarme en el recuerdo, o proyectarme en el futuro... Podría tenerte entre mis sueños, o conformarme con unas cuantas palabras repletas de amor que atraviesan la distancia que nos separa y la hacen infinitamente nuestra.
Podría vivir besándote en la ausencia, podría seguir aunque los sueños se me hubieran acabado; podría escribirte aunque ya no existieran palabras, podría intentar a pesar de que no queden esperanzas.
No puedo burlar este sentimiento... Puedo decir que antes de ti, nunca me sentí completa.






martes, 7 de febrero de 2012

No dejo de pensarte

Permanezco por siempre amarrada a tu recuerdo... Sonrío cada vez que recuerdo tu sonrisa, mis ojos se llenan de lágrimas cada vez que recuerdo tu partida.
Estamos tan lejos; y tal vez, más cerca que nunca. Cada mañana mis labios susurran tu nombre, y te beso como si estuvieras a mi lado. Cada noche te sostengo con fuerza entre mis brazos; hasta que el sueño me arrebata tu permanencia y entonces debo resignarme a dejarte ir.
Mi luna se llena cada noche, sólo para recordarme que de alguna forma, ambos vemos exactamente el mismo cielo.
Vienes a mí, hoy como cada día... Te guardo en mi corazón y te regalo un beso imaginario que intenta dejar en claro que te extraño. Te abrazo con fuerza, aunque tu cuerpo no esté junto al mío...

Tachamos un día más en nuestro calendario.


domingo, 5 de febrero de 2012

Día 2

No sé por qué me da por querer creer que el blog puede convertirse en alguna especie de diario de vida, o tal vez un paño de lágrimas para sobrevivir en días que parecen tan pesados.
Hoy comienzo por cuestionarme cosas que no debería; pienso en mi vida, la proyecto, me aterra... Decido olvidarlo.
Tomo el teléfono entre mis manos una y otra vez... Espero poder saber algo de él; le escribo mensajes que no le envío... No dejo de pensarlo, pero no se lo recuerdo.
Me quedo mirando el reloj; como si eso fuese a hacer que el tiempo corriera por mí.

#NowListening "Set fire to the rain" - Adele

sábado, 4 de febrero de 2012

Día 1

Esta mañana desperté, aún enredada en el sueño aletargado de la noche anterior.
Al cerrar mis ojos, pude recordar que había traído a mí aquello con lo que más quería soñar, aquello que me aterraba recordar.
No dejo de pensar en ti; y recién va un día.
Ahora sé que estas son las consecuencias de ponerse de novia en temporada de verano. Sabía que no sería posible tenerte atado a mí como quería... Pero una canción de Laura Paussini me enseñó que a pesar de la distancia, dos corazones pueden estar en un mismo latir.
Me quedo estática entre las sábanas. Escondo el sentimiento bajo la almohada...

"Te extraño", susurré, aunque sé que no puedes escucharme.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Siempre tú

Cuando todo se nubla a mi alrededor, ahí estás tú para devolverme el sol.
Cuando la vida parece absurda, ahí estás tú para darle sentido.
Cuando parece que todo se ha vuelto gris, ahí estás tú para darme luz.
Cuando parece que todo está perdido, ahí estás tú para hacerme saber que no.

Cuando me vuelvo loca, ahí estás tú... El único culpable de esta locura de amor.

domingo, 15 de enero de 2012

Maldita

Maldito el instante en que no estamos juntos, maldito el tiempo que se me escurre entre los dedos cuando estoy contigo, y maldito sea por pasar lentamente cada segundo frente a mis ojos cuando no lo estoy.
Maldita mi sonrisa que no quiere quedarse otro rato; malditos los gritos, la rabia y la autoridad.
Maldita, maldita, maldita.
Maldita la vida que se hace tan larga, maldita la historia que se vuelve tan corta. Maldito este espacio en el que existo, y la muerte con la que convivo. Malditos los gritos, la rabia y la autoridad.
Maldito materialismo. Maldita por creer que acallas mi corazón, que aplacas mis emociones.
Malditas mis lágrimas que no quieren parar, maldita mi boca que no puede hablar. Malditos mis dedos, que les ha dado por escribir, maldito el instante que me toca vivir.
Malditos los gritos, la rabia y la autoridad.

Hoy no existo y mejor así

En sólo un segundo

Hazme tuya entre tanto cariño; replétame de locura e inocencia, no te detengas.
Permite que pueda permanecer amarrada a tu corazón durante un instante; haz, con tu magia, que ese instante sea eterno.
Elévame alto hacia el cielo iluminado por estrellas de plata, déjame tomar una para recordar que no estoy soñando.
Dibuja con tus dedos las líneas de mi cuerpo, atrapa el segundo en un suspiro inolvidable.
Pon atención a los latidos de mi corazón. Estoy segura, podrás entender lo que quiero decir.

lunes, 9 de enero de 2012

Y si volamos juntos?

Pertenezco a tu corazón; y mi lugar favorito para estar es justo entre tus brazos, donde pueda escuchar cada uno de sus latidos acelerándose armónicamente en mis oídos.
Puedes permanecer en silencio, tus ojos me dirán cualquier cosa que haga falta. Puedes quedarte sin decir nada, tu sonrisa es suficiente para mí ¿Entiendes tú la mía?
Me vuelves loca, me repletas el alma de magia; podría volar, estoy segura.
Toma mi mano, sostenla con fuerza, no me dejes ir.
Bésame, podríamos volar, estoy segura.

lunes, 2 de enero de 2012

"Quiero un 2012 contigo"

Tal vez pueda ausentarme en el recuerdo; tal vez en ti mi rostro y mi corazón sean distintos.
Sí, vivo absorta en fantasía; enredada en emociones... Son sólo mías.
¿Cómo podré yo saber si el encanto dura para siempre? ¿Cómo podría yo estar segura de que mis sonrisas no son más que otra simple elaboración de mi agitada cabeza?
Yo no sé de dónde viene, ni a dónde me lleva este sentimiento. No estoy segura de cómo te comienzo a querer, ni cómo dejar de hacerlo.
Tengo miedo cuando mi corazón me lleva a exceso de velocidad por un camino que parece demasiado inestable. Un camino que, obviamente, no existe para nadie más que para mí. La única ruta que es lo suficientemente vertiginosa como para atraer mi atención.
Tengo miedo; aún así, me dejo llevar.