lunes, 28 de marzo de 2011

Recordando que yo también siento

Creo que otra vez estoy jugando al masoquista. Y es que simplemente no puedo irme así como así, desaparecer a la manera loca de mi verdadera personalidad, olvidando que hay algo en ti que ya no anda bien.


No podíamos romper la rutina por demasiados días, mira que la felicidad es efímera y las sonrisas no son más que un vago recuerdo de lo que vivimos ayer...


Todo esto es absurdo, porque tu y yo lo somos, porque no cabemos en este mundo, porque no pertenecemos a ninguno... Todo esto es absurdo, porque detrás de cada lágrima me voy perdiendo, y entonces ya no queda nada.


Me encanta ese mundo paralelo en que todo permanece, en que no valoramos nada por lo mismo, en que somos seres arrogantes e indiferentes... Pero sonreímos.


Déjame encontrarle algún sentido a esta rutina, la de besarte por tratar de abarcar más que un 'Te amo', la de abrazarte cuando quiero pedirte que te quedes siempre, la de escribirte cuando en realidad quiero llorar...
Qué idiota y verdadera puedo llegar a ser cuando caigo en esta improvisación de mis sentimientos, cuando soy capaz de percibir este matiz que me da lo incierto, el instante que no duró más que eso...


No es lo mejor que puedo hacer, pero lo que se anestecia deja de doler. ¿Por qué no permitir que se sienta con fuerza otra vez? Irrumpiendo en el pensamiento armónico de este ritmo acelerado...
A veces hay que aguardar los sueños, dejar de ser tan impacientes... Permanecer unos segundos más en el momento antes de que se escape para siempre...

jueves, 24 de marzo de 2011

Un día diferente

Este 24 de marzo tuve un día diferente al resto:
Me desperté a las 12 con 3 minutos, para volverme a dormir a las una y media de la mañana; me levanté (como nunca) sin sueño, me salí de la ducha rápidamente, me vestí con ganas, tomé desayuno, y eso es sólo el comienzo...
Pillé el bus de acercamiento a mi universidad con más de veinte minutos de anticipación, y llegué temprano a mi clase de mundo contemporáneo.
La profesora no me retó hoy, tomé café en el recreo, y recibí, gratis, un lápiz para revolver. La materia no me pareció aburrida, y aún así, mi pierna pasaba por un ataque histérico feroz.
La ansiedad me tenía... Ansiosa. No veía la hora de correr a sus brazos.
Y fue más que eso. La espera valió la pena:
Hoy, fue un día diferente.Terminó lleno de risas y sonrisas, fotos imaginarias, melodías, amor... Sobretodo, amor.

martes, 22 de marzo de 2011

Mechoneo

¿Cuál es el significado de ésta palabra? ¿Por qué esta tradición se mantiene intacta en muchas universidades, a pesar de los múltiples problemas que ya han habido a causa de ella?

Hoy, saliendo del metro escuela militar, me topé con tres estudiantes de derecho de la universidad Pedro de Valdivia. Estaban descalzos, con su ropa rasgada, los cuerpos pintados, el pelo sucio y con olor a 'quién-sabe-qué'.
Les pregunté cuánto tiempo llevaban ahí pidiendo plata, y me dijeron que entre dos y tres horas...
Ahora, imagen esto: Treinta grados de calor, descalzo pisando el suelo sucio, y con un montón de asquerosos ingredientes fermentando sobre ti... Lo más impresionante, es que esa NO es la peor parte del tan conocido ''mechoneo''.




¿De dónde surgió la cultura?
- Quien sabe... Pero me parece que es tiempo de terminarla ya.
Quisiera hacer un llamado a mi generación, a que reflexionen y sean capaces de darse cuenta de que el mechoneo no conduce a nada bueno, y que no es más que una situación sumamente decadente que demuestra las falencias de nuestra sociedad.


¿Por qué en algunas universidades este ridículo ritual se repite año tras año?
Probablemente se trate de un MODELO MENTAL (paradigma), que ya es tiempo de superar.
Podría asegurar que los adolescentes que hoy mechonearon a los tres chicos que yo me encontré a la salida del metro, lo hicieron por mera imitación. De seguro jamás se detuvieron a pensar si sería bueno hacerlo, o no.
El mechoneo no sólo es estúpido y carente de significado, sino que también es una intrínseca violación a los derechos humanos. Atenta contra la integridad física de las personas sin discriminación alguna.
Si nos detenemos en cifras, probablemente caigamos en números gigantezcos: De mechoneados, de comida tirada, y de tiempo y dinero perdidos.
Mientras que miles de personas mueren de hambre, estos inconcientes adolescentes malgastan huevos, harina y agua entre otras cosas, tan sólo por llevar a cabo una tradición que no conduce a nada positivo.
Ahora... ¿Cuál será el valor de una polera común?
Arriesguémonos con una cifra baja: Una polera simple, comprada en patronato, debe tener un precio promedio de tres mil pesos. Ahora, multipliquen esta cifra por el número de estudiantes mechoneados cada año. El resultado... Tírenlo a la basura. Desperdicio total de una polera que podía ser reusada por un hermano pequeño, un primo, o incluso una persona necesitada.


En esta última parte, me lanzaré a lo medioambiental.
Considerando que cada uno de esos alumnos llegará a sus casas a darse una ducha de -al menos- una hora, ¿Pueden imaginar más o menos la cantidad de agua malgastada?
Según http://www.veoverde.com/, una ducha de 5 minutos gasta en promedio 95 litros de agua. Saquen cuentas.
Y tú, ¿Vas a continuar la tradición?




lunes, 21 de marzo de 2011

Volvemos...

Un poco de poesía para nosotros,
Y una muerte rápida y segura,
Un poco de pasión en los corazones,
Un momento absurdo de alegría...

El roce de tu mano,
Y un abrazo que me atrapa, sólo un par de segundos,
Un beso momentáneo
...Volvemos

This is me

Mi loca historia comienza un día 15 de Abril del año 1992 en la Clínica Alemana de Santiago, cuando mi mamá, luego de sostener en brazos a su primer bebé, llamó asustada al pediatra para preguntarle si mis ojos serían para siempre de diferentes colores. Yo nací con un ojo azul y el otro café, y aun no les he dicho nada…

Mi nombre completo es Dominique Suzanne Nicole Yunis Brugère, fácil de recordar ¿No creen? La verdad es que hasta quinto básico, jamás supe el verdadero orden de mis nombres.

Cuando tenía tres años, mi mamá me matriculó en un jardín infantil al que, en un comienzo, adoraba ir. Sin embargo, las profesoras comenzaron a golpearme y encerrarme en el baño del jardín. Me fue muy difícil explicarle esta situación a mi mamá, ya que las constantes amenazas de las profesoras habían infligido mucho miedo en mí.
Me retiraron del jardín, para matricularme en uno nuevo. Con la ayuda y paciencia de mi mamá y mis nuevas profesoras, logré reintegrarme con relativa normalidad en las clases, aunque en un comienzo fue bastante complicado. Nadie podía convencerme de que esta vez nada malo pasaría.

A los cinco años fui aceptada en el colegio Saint Gabriel’s School de Eliodoro Yañez, en donde hice muchos amigos, y aprendí cosas nuevas y divertidas. Desde muy pequeña, siempre he sido una persona extrovertida, conversadora e inquieta. Muchas veces tuve problemas con mis profesores por estas características, y durante mis últimos años de colegio, tomaba Ritalín para poder mantenerme concentrada en los horarios de clase. Aunque a decir verdad, jamás tuvo muy buenos resultados.



Soy fanática del tenis. Aprendí a jugarlo cuando tenía siete años, y estuve algunos veranos siguiendo clases en el Sport Francés, sin embargo, llevo muchos años sin practicar, y ahora me gustaría poder retomarlo.

Mi gran afición siempre han sido los animales. Mi primera mascota la tuve a los 4 años, y es un recuerdo que llevo con mucho amor dentro de mi corazón. Su nombre era Ron, un Golden Retriever precioso que estuvo conmigo hasta los catorce años. Un tiempo más tarde, compramos un Pastor Inglés, aun sabiendo que era una raza delicada. Los dos años que pasé con él fueron maravillosos. Sufrí mucho su pérdida, pero me ayudó a madurar, a comprender las cosas de una forma diferente, y a saber más sobre los perros; en definitiva, mi animal favorito.
A comienzos de este año, recogimos un perro de la calle. Es tan inquieto como yo, pero me divierte y me distrae en los momentos difíciles… Aunque a veces deje mi ropa llena de enormes huellas cafés.
Su nombre es Peludito, sí, me da vergüenza llamarlo cada vez que salimos a pasear, pero fue un consenso familiar. Por supuesto, todos apoyaban el nombre sugerido por mi adorable hermanito pequeño.

Mis papás se divorciaron cuando yo tenía tan sólo dos años. Desde entonces, y hasta que cumplí ocho, vivíamos mi mamá, mi abuela, mi perro y yo en una casa en la comuna de Las Condes. A mi papá lo veía algunos fines de semana.
Mi mamá se volvió a casar el 2001 y nos fuimos a vivir con mi padrastro, en una nueva casa en Vitacura. Al comienzo me asusté; la casa lucía horrible y las piezas eran muy pequeñas, sin embargo, me aseguraron que luego de la remodelación quedaría preciosa, y así fue.

Casi al cumplir nueve años, nació mi primer hermano, Tomás. La primera vez que lo vi, me emocioné muchísimo. Siempre soñé con tener un hermanito, y al fin se volvía realidad. Aquella pequeña criatura al otro lado del vidrio de la sala de maternidad, parecía decirme que pronto estaría conmigo; que jugaríamos juntos y nos haríamos compañía el resto de nuestras vidas.
Para mí resultó ser un cambio drástico. Ya no era la única consentida en la casa, y a veces sentía miedo de que mi mamá hubiera dejado de quererme. Fue por esto que cuando me anunció que pronto tendría un segundo hermanito, ya no me pareció tan genial como la primera vez. ¿Ahora quién iba a quererme a mí?

Martín llegó al mundo. Cuando lo sostuve en mis brazos, las cosas ya no parecían tan terribles. Mis tías me dijeron que mi mamá nos querría a los tres por igual.


Me gradué el año pasado de cuarto medio, y algunos meses antes de dar la prueba de selección universitaria, me decidí por periodismo en la UDD porque me gustaba mucho la carrera. Siento que es una de las pocas cosas que se me da bien. Acudí a las tres jornadas realizadas en la universidad y realmente me enamoré de la malla, el campus, las personas y aun más de la carrera.
Me gusta escribir. Mi abuela me lo fomenta mucho y cuando era más pequeña, siempre me felicitaba por mis pequeños poemas y composiciones, le encantaba ser la primera en leer mis nuevas creaciones.
Es mi sueño de toda la vida poder escribir una novela romántica.

Actualmente, estoy estudiando la carrera que quería en la universidad que me enamoró, y eso me tiene muy contenta. Me encantan mis nuevos compañeros y profesores.
Espero que periodismo sea todo lo que tengo en mente, y más.




domingo, 20 de marzo de 2011

Dos mundos en donde todo puede pasar

Los mejores sueños comienzan siempre de la misma forma: Un día que anhelamos, un deseo proveniente del fondo de nuestro corazón, una meta que aún no hemos alcanzado.

Los sueños son ideas perdidas que flotan en el aire con la esperanza de atrapar un ser dormido. Ideas seguidas por fantasía, imaginación, mucha vida y colores.

Todos los seres humanos soñamos. Sueños buenos, sueños malos… Los primeros, son los que llevan este mundo a ser cada día mejor. Nos brindan otra perspectiva, nos sacan de la rutina para hacernos entrar en un escenario nuevo, donde el tiempo no corre, donde la felicidad no acaba.

 ¡Que divertido es romper el esquema con un sueño absurdo que te despierta lleno de risa; o sentir como el corazón se levanta agitado, por ese beso que tanto anhelaba! Es loco levantarse una mañana, con ganas de gritar tu sueño a los siete vientos… Es secreto tener los ojos brillantes por la alegría de aquella vida que vivimos sólo entre sábanas.Si hay un lugar seguro en este planeta, es este. Aquel mundo que encontramos en nuestra imaginación, aquel paraíso que se construye de esperanza, que se pinta de pasión.
Muchas veces, cuando todo parece perdido, el sueño nos hace volver a intentar. Cargado de ilusiones nos lleva a esa realidad paralela en la que nada es imposible.

En sueños, se nos devuelve todo: El amigo que se ha marchado, el perro que ya no ladra, el momento efímero que nos robó la vida, y la esperanza de volver a ser… De llegar a ser.
Mi mejor sueño, es aquel en que todos anhelan un mañana mejor, aquel en que todos entienden que nunca es tarde para cambiar el mundo. Mi mejor sueño, es que la fantasía no acabe; que tú, y yo, y todos podamos seguir soñando…

La verdad es que la idea que quedó flotando en el aire, no permanecerá para siempre ahí. Se colará en algún dormido, para aclarar que en la vida nada es imposible, que nuestro mejor sueño sí se puede hacer realidad.





Sweet Dreams




viernes, 18 de marzo de 2011

Hoy todo va más rápido...


El viernes no es un día como cualquier otro. Es efímero, fugaz. La felicidad del fin de semana empezando a las 8:30 de la mañana, como si fuese tan sólo otro día más.

¡Típico del viernes! Llegamos temprano a clases, se suspenden módulos, dejamos el desayuno para más tarde, y gozamos de la noche como si fuese la última de nuestras vidas.
Hay veces en que uno se levanta malhumorado, pero bendito viernes nos saca de lugar, nos vuelve locos, nos lleva a soñar cosas inimaginables. Ya nada importa: Hoy empieza el receso.
El viernes está más allá de la rutina, el viernes es siempre diferente. Nos sorprende y nos embarga la felicidad. El viernes va más allá del sábado y del domingo. Es el comienzo de algo que desearíamos, no acabara jamás.

Llegamos a casa, felices como cada viernes. Aun hay mucho por hacer, mucho por organizar. Empieza el Facebook, el Messenger, las llamadas constantes… Todos los viernes hay un evento al que nadie debe faltar. Será inolvidable. Será la noticia de toda la semana.


Acompañada de amigos llega la risa, la música, el alcohol y el sofocante olor a cigarros. Todo está en movimiento. Los viernes la hora parece avanzar aun más rápido. Es algo que desea que este maravilloso día no se quede para siempre.


Y entonces de vuelta a la rutina. Comenzará el sábado y el domingo. Pasaremos comentando el viernes pasado, hasta que el nuevo viernes llegue otra vez… Para que la felicidad de la semana empiece a las 8.30 de la mañana, llegando temprano a clases, dejando el desayuno para más tarde, y preparándonos para gozar de la noche como si fuese la última de nuestras vidas: En realidad, es un viernes como cualquier otro.