sábado, 20 de diciembre de 2014

Ya casi

Se acerca a nosotros uno de esos días en que nos deberíamos encontrar. Van desvaneciendo los segundos en mi cabeza y en mi alma siento el vacío de no tenerte aquí.

Cierro los ojos y aún te recuerdo como si jamás te hubieras ido... Me aferro con fuerzas a la idea de que estarás. Estarás.

Tus flores de jacarandá me duermen en un ritmo de paz, y sin embargo, de incertidumbre. Me pregunto qué querrás decir... Inquieta; necia yo, de no poder oírte.

Tienes que saberlo: te quiero tanto, tanto, tanto, tanto... Y prometo que no es una exageración.