lunes, 21 de marzo de 2011

This is me

Mi loca historia comienza un día 15 de Abril del año 1992 en la Clínica Alemana de Santiago, cuando mi mamá, luego de sostener en brazos a su primer bebé, llamó asustada al pediatra para preguntarle si mis ojos serían para siempre de diferentes colores. Yo nací con un ojo azul y el otro café, y aun no les he dicho nada…

Mi nombre completo es Dominique Suzanne Nicole Yunis Brugère, fácil de recordar ¿No creen? La verdad es que hasta quinto básico, jamás supe el verdadero orden de mis nombres.

Cuando tenía tres años, mi mamá me matriculó en un jardín infantil al que, en un comienzo, adoraba ir. Sin embargo, las profesoras comenzaron a golpearme y encerrarme en el baño del jardín. Me fue muy difícil explicarle esta situación a mi mamá, ya que las constantes amenazas de las profesoras habían infligido mucho miedo en mí.
Me retiraron del jardín, para matricularme en uno nuevo. Con la ayuda y paciencia de mi mamá y mis nuevas profesoras, logré reintegrarme con relativa normalidad en las clases, aunque en un comienzo fue bastante complicado. Nadie podía convencerme de que esta vez nada malo pasaría.

A los cinco años fui aceptada en el colegio Saint Gabriel’s School de Eliodoro Yañez, en donde hice muchos amigos, y aprendí cosas nuevas y divertidas. Desde muy pequeña, siempre he sido una persona extrovertida, conversadora e inquieta. Muchas veces tuve problemas con mis profesores por estas características, y durante mis últimos años de colegio, tomaba Ritalín para poder mantenerme concentrada en los horarios de clase. Aunque a decir verdad, jamás tuvo muy buenos resultados.



Soy fanática del tenis. Aprendí a jugarlo cuando tenía siete años, y estuve algunos veranos siguiendo clases en el Sport Francés, sin embargo, llevo muchos años sin practicar, y ahora me gustaría poder retomarlo.

Mi gran afición siempre han sido los animales. Mi primera mascota la tuve a los 4 años, y es un recuerdo que llevo con mucho amor dentro de mi corazón. Su nombre era Ron, un Golden Retriever precioso que estuvo conmigo hasta los catorce años. Un tiempo más tarde, compramos un Pastor Inglés, aun sabiendo que era una raza delicada. Los dos años que pasé con él fueron maravillosos. Sufrí mucho su pérdida, pero me ayudó a madurar, a comprender las cosas de una forma diferente, y a saber más sobre los perros; en definitiva, mi animal favorito.
A comienzos de este año, recogimos un perro de la calle. Es tan inquieto como yo, pero me divierte y me distrae en los momentos difíciles… Aunque a veces deje mi ropa llena de enormes huellas cafés.
Su nombre es Peludito, sí, me da vergüenza llamarlo cada vez que salimos a pasear, pero fue un consenso familiar. Por supuesto, todos apoyaban el nombre sugerido por mi adorable hermanito pequeño.

Mis papás se divorciaron cuando yo tenía tan sólo dos años. Desde entonces, y hasta que cumplí ocho, vivíamos mi mamá, mi abuela, mi perro y yo en una casa en la comuna de Las Condes. A mi papá lo veía algunos fines de semana.
Mi mamá se volvió a casar el 2001 y nos fuimos a vivir con mi padrastro, en una nueva casa en Vitacura. Al comienzo me asusté; la casa lucía horrible y las piezas eran muy pequeñas, sin embargo, me aseguraron que luego de la remodelación quedaría preciosa, y así fue.

Casi al cumplir nueve años, nació mi primer hermano, Tomás. La primera vez que lo vi, me emocioné muchísimo. Siempre soñé con tener un hermanito, y al fin se volvía realidad. Aquella pequeña criatura al otro lado del vidrio de la sala de maternidad, parecía decirme que pronto estaría conmigo; que jugaríamos juntos y nos haríamos compañía el resto de nuestras vidas.
Para mí resultó ser un cambio drástico. Ya no era la única consentida en la casa, y a veces sentía miedo de que mi mamá hubiera dejado de quererme. Fue por esto que cuando me anunció que pronto tendría un segundo hermanito, ya no me pareció tan genial como la primera vez. ¿Ahora quién iba a quererme a mí?

Martín llegó al mundo. Cuando lo sostuve en mis brazos, las cosas ya no parecían tan terribles. Mis tías me dijeron que mi mamá nos querría a los tres por igual.


Me gradué el año pasado de cuarto medio, y algunos meses antes de dar la prueba de selección universitaria, me decidí por periodismo en la UDD porque me gustaba mucho la carrera. Siento que es una de las pocas cosas que se me da bien. Acudí a las tres jornadas realizadas en la universidad y realmente me enamoré de la malla, el campus, las personas y aun más de la carrera.
Me gusta escribir. Mi abuela me lo fomenta mucho y cuando era más pequeña, siempre me felicitaba por mis pequeños poemas y composiciones, le encantaba ser la primera en leer mis nuevas creaciones.
Es mi sueño de toda la vida poder escribir una novela romántica.

Actualmente, estoy estudiando la carrera que quería en la universidad que me enamoró, y eso me tiene muy contenta. Me encantan mis nuevos compañeros y profesores.
Espero que periodismo sea todo lo que tengo en mente, y más.




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