Lunes feriado

Un fin de semana largo que aún no termina; y ha estado lleno de sorpresas, lindos momentos, palabras, recuerdos, canciones, y pan... Sí, mucho pan.
Resulta que aunque sea fin de semana largo, el universitario no descansa (aunque tal vez sí descansa más que el pre universitario IB... Nada más tedioso y agotador que preparar PSU y cursar cuarto medio al mismo tiempo con todas las exigencias y presiones de un futuro pavoroso).
Abro mi correo y me salta de Groupalia una increíble oferta de sushi para dos personas por $5000, me agarro la cabeza por no haber revisado antes esa notificación, y después me calmo a mi misma diciendo que de seguro era de ese sushi demasiado refinado para mí con caviar y montones de salmón crudo.
Son pocas las veces que uno puede decir... ¡¡Que rico... Mañana es lunes!! Y vaya que se siente genial hacerlo. No hay nada como acostarse tarde un día domingo, sabiendo que luego no te pasará la cuenta; irse a dormir tranquilo, comprendiendo que mañana hay más tiempo para ver a los amigos, o en el peor de los casos, terminar esa tarea que dejaste de hacer sólo por escribir una nueva entrada en tu querido blog.
Tengo muchas invitaciones aún por confirmar, y de antemano se que diré a todas que no.
Hoy... Hoy me quedo en casa: A ver una película, tomar unos helados y abrigarme bien abrigada. Me quedo en casa porque ya pasé toda la mañana fuera de ella, me quedo en casa porque algo me dice que la verdad es que debiera estar trabajando... Me quedo en casa porque los verdaderos amigos viven demasiado lejos como para estrecharlos entre mis brazos.
El fin de semana largo está lleno de sorpresas... Películas y huellas románticas, y momentos de madre e hija que no pensabas tener.
Estos fines de semana tienen momentos buenos, y malos. Tienen risas y hermanos que no dejan de meter ruido a tu alrededor, tienen noches de calma, y otras en que sueñas que tus peores enemigos comen torta contigo en el día de tu cumpleaños... ¿Será algo que quiere decirme que estoy rodeada de sinismo por todas partes?
Fin de semestre, lentamente desaparecen las asignaturas que estaban pendientes y Mundo Contemporáneo, y su respectiva maldita profesora, me penan incesantemente. Vienen los nervios. Nervios por las clases de manejo, por esa respuesta que dejé inconclusa, por la toma de ramos y hacer coincidir los horarios con nuevas personas.
Clases de manejo, y la constante competencia con mi BFF <3... Extrañarte, y comer helado para pasar el frío. Anhelar dar un paseo por el pasado, y ponerle pausa al presente para ignorar el futuro...
Preocupada por mi papá, contenta con mi mamá, sonriendo por los recuerdos, teniendo miedo de la realidad. No queriendo dormir sola, anhelando otra noche más, es el mero hecho de extrañarte... Lo sé.
¡Culpable! Y no debiera tener perdón; pero es fin de semana largo, e ignoraré que estoy dejando de hacer mis tareas, que el estúpido compañero de banco ya no está de mi lado, y que la profesora me da miedo aunque para hacerme fiera me pongo desafiante... Porque creo que todo tiene que ser a mi manera; porque yo siempre tengo la razón... Todavía más cuando el lunes es feriado.