Lo cierto es que todo se volvió muy extraño desde la primera vez que tú y yo nos saludamos.
Desde ese día, ya nada obedece a las normas normales de la normalidad.
Tu mirada me vuelve loca. Me llena, me vacía, me desarma.
Y tus caricias... Como las extraño. Tus caricias me llevan más allá de la existencia; como si fuera algo más que tan sólo una suave caricia. Tus caricias se sienten cariñosas... Reales. Únicas.
Mi vida sin ti parece una locura... Es imposible seguir así.
¿Quién me está dando a elegir?
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