Sólo palabras

Las palabras no nos atrapan, sólo nos enamoran.
Escribir es maravilloso porque no nos condena, no nos obliga, no nos condiciona... Escribir y leer es un placer porque se te presenta como opción y no obligación -odio las obligaciones-.
Ambos placeres te dan la opción de imaginar sin límites, de sentirte identificado -aunque en realidad no tenga nada que ver contigo-, de desear, soñar, o sólo hablar aquello que debía permanecer callado.
¡Entre el papel y el lápiz puedo decirte todo lo que siento sin temor a que no me creas! Entre el lápiz y el papel puedo confesarte que te extraño sin que tus ojos me devoren el alma... Puedo gritarte sin que duela, y llorarte sin que lo sepas.
Aquí, es cosa tuya si decides leerme o no.
Puedo escribir y tratar de enamorarte, puedo hacerlo tratando de olvidarte... Puedo jugarme la vida u olvidar todas las palabras. Puedo contarte lo que quiera, aunque tú no quieras saberlo, porque más allá de mi, queda a tu criterio si quieres seguirme conociendo o no.

Y dime... ¿Qué has decidido tú?

♫
Me entrego a ti, en este momento
No existe nadie más que tú
No sé dónde acabó, ni sé dónde empiezas
Es sólo que brillo con tu luz.

¡Eres para mi!
Seré siempre tuya
Hay perfección en nuestro amar
Te amo...
Te amo, y no hay más que hablar.
♫


Tengo una carta guardada bajo mi almohada. y fue escrita para ti.